El mes pasado la OCDE presentaba un informe (Skills Beyond School) sobre la FP en distintos países. En lo que a España respecta, si bien se reconocían ciertos esfuerzos, el informe arroja más sombras que luces.
El porcentaje de los titulados en España es del 33,3%. Se encuentra por debajo de la media de la OCDE (el 39,7%) y de la UE (el 46,1%). Si bien la edad de los estudiantes de FP demuestra que es una opción de retorno para los que abandonaron estudios, y no deja de aumentar el número de estudiantes que se decantan por la FP frente al Bachillerato, un 70% de los españoles optan por Bachillerato y Universidad, mientras que el 30% restante se decanta por una formación práctica, lo contrario a la realidad europea. Hay cierta unanimidad en reconocer que existe aún un pensamiento por el que se infravaloran los estudios prácticos frente a los universitarios, algo impensable en lugares como Alemania, Austria o Finlandia.
El informe nos deja además en segundo lugar en el número de jóvenes que ni estudia ni trabaja (ninis), sólo por detrás de Grecia.
Si bien los informes que venimos comentando no hacen sino resaltar la importancia de la formación, lo cierto es que a día de hoy el tejido económico de España sigue demandando profesionales de baja cualificación. Ahora bien, los avisos que nos llegan son claros, esto no va a ser así siempre.